¿Qué es el sueño y cómo nos afecta?
El sueño es un proceso natural que tiene un profundo impacto en nuestro estado de ánimo, salud y rendimiento cognitivo.
El sueño es el proceso natural en el que nuestro cerebro y nuestro cuerpo entran en un estado de inactividad reparadora. Es fundamental para nuestro bienestar ya que nos permite refrescarnos y regenerarnos. Y como ya hemos dicho, la falta de sueño puede tener un efecto adverso sobre el estado de ánimo, la salud y el rendimiento cognitivo.
La privación del sueño puede conducir a una disminución de la motivación, aumento de la irritabilidad o la ira, deterioro de la memoria o el juicio, ansiedad o depresión. También puede conducir al aumento de peso debido al hecho de que el cuerpo utilizará más energía de lo habitual cuando estamos despiertos.
¿Qué efectos puede tener la falta de sueño y cuál es su principal causante?
La falta de sueño tiene muchos efectos y es importante saber cómo nos sentimos antes de irnos a dormir. Algunos efectos incluyen:
- Dificultad para concentrarse
- Cambios de humor (especialmente en adolescentes)
- Irritabilidad
- Función cognitiva reducida (menor concentración)
La principal causa de la falta de sueño es el estrés. Además, el estrés también puede causar o empeorar otras condiciones que pueden conducir a un sueño de mala calidad, como la depresión y la ansiedad.
La mala calidad del sueño puede tener un gran impacto en su salud y bienestar en general. Puede provocar un aumento de peso debido al aumento del apetito por falta de energía y también podría aumentar el riesgo de desarrollar diabetes o presión arterial alta porque elevará los niveles de cortisol en el cuerpo, lo que afectará los niveles de producción de insulina y la regulación de la presión arterial, respectivamente.
¿Cuáles son los tipos de trastornos del sueño?
Hay dos tipos de trastornos del sueño: disomnia y parasomnia. La disomnia es un trastorno del sueño que afecta a la calidad o a la cantidad de sueño de una persona. La parasomnia es cuando se producen movimientos corporales anormales durante el sueño.
Las disomnias se pueden clasificar en tres tipos: insomnio primario, insomnio secundario e insomnio psicofisiológico. El insomnio primario se caracteriza por la dificultad para conciliar o mantener el sueño, o la presencia de un sueño no reparador que persiste durante un período no menor a un mes. El insomnio secundario es causado por alguna afección médica, como dolor, depresión o enfermedades crónicas. El insomnio psicofisiológio ocurre cuando la mente de una persona no registra que se ha ido a la cama y continúa pensando en sus preocupaciones mientras duerme.
Las parasomnias son alteraciones en los patrones de sueño. Se pueden clasificar en cuatro tipos: despertares confusionales, sonambulismo, pesadillas y terrores nocturnos.
Si sientes que no descansas bien y que no tienes un descanso de calidad, consulta con tu médico de cabecera o con tu farmacéutico. Si tienes alguna duda, consulta con nuestro equipo sin compromiso. ¡Ah! Y no te olvides de seguirnos en redes sociales para no perderte NADA 🙂